- Raciones: 4 Persona(s)
- Tiempo de Preparación: 20
- Tiempo de Cocinado: 45
- Calorías: 420
- Dificultad:
Fácil
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Muchos podrían pensar que las islas son un oasis de prosperidad y riqueza, sin embargo, pese a la diversidad idílica de sus ecosistemas, Canarias se ha situado históricamente como una de las regiones más pobres de la nación. Si hay un producto capaz de colarse indefectiblemente en una mesa canaria, incluso como protagonista principal, ese es sin duda la papa. En Canarias se cultiva una variedad de singular sabor, que presume orgullosa de una denominación de origen protegida.
La gastronomía canaria bebe directamente de la cultura guanche y latinoamericana, asentándose sobre un suelo particularmente inusual, de naturaleza volcánica, lo que trasluce en la calidad y peculiaridad de sus productos agrícolas. Dicha denominación, aglutina hasta 29 variedades de papa antigua, todas ellas procedentes de lugares tan remotos y exóticos como Perú y Bolivia. Son fácilmente distinguibles, pues muestran formas caprichosas, lo que incluye distinta coloración.
Curiosamente, a nivel organoléptico, sorprenden por ciertos aromas volátiles que recuerdan, una vez cocinadas, al millo, castaña o maíz, algo que probablemente venga determinado por su cultivo en altitud. Injustamente denostada, la patata, posee un alto contenido en carbohidratos complejos, además de un elevado contenido en vitamina C. De su versatilidad en la cocina nace la devoción, ya que tolera cualquier método de cocción, desde la fritura, hasta el asado o el cocido.
El caldo de papas canario representa el máximo exponente de la cocina de aprovechamiento, sobre todo de las zonas más humildes, llegándose a consolidar en muchos menús del día. Uno de los componentes que le dotan de una arrolladora personalidad, es el cilantro, aderezo muy popular en la cocina isleña. Opcionalmente, hay quien añade un huevo cocido al guiso, pudiendo entonces recibir el nombre de caldo de huevo o caldo macho. Déjate seducir por la cocina canaria.
Ingredientes
Instrucciones
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- No solo se trata de un plato barato, también socorrido, haciéndolo ideal para una comida o cena improvisada. Comenzaremos pelando y picando las cebollas en brunoise, seguidas del pimiento. Laminaremos los ajos y reservaremos. En una parisién verteremos 4 cucharadas de aceite de oliva virgen, calentándolo a fuego medio, tras lo cual añadiremos la cebolla, dorándola ligeramente.
- A continuación, incorporaremos el pimiento junto al ajo, dejando que el primero sude y el segundo se dore. Pelaremos y lavaremos las patatas, cortándolas en cachelos para que liberen el almidón, rehogándolas unos instantes a fuego máximo antes del azafrán y el cilantro picado finamente. Extraeremos los granos de maíz de la mazorca, que se unirán al resto de ingredientes.
- Cubriremos con agua, o mejor aún, con caldo, de pollo o de verduras, en función del gusto del consumidor. Llevaremos la parisién a ebullición manteniendo el fuego al máximo, bajándolo a la mitad cuando rompa a hervir. Mantendremos las patatas cociendo alrededor de 35 minutos, tiempo suficiente para que revelen una textura blanda y apetecible, destapando sus aromas.
- Nos cercioraremos de que la patata está cocina introduciendo un palillo en una de ellas, momento que aprovecharemos para escalfar los huevos en el mismo caldo por 3 minutos aproximadamente. En Canarias es habitual que este plato se presente acompañado de pan, queso o aceitunas. Como sugerencia de presentación, te proponemos servirlo recién apagado en un plato hondo.
- Otras versiones menos ortodoxas se inclinan por enriquecer el caldo con zanahoria, tomate o carne de cerdo, volviéndola nutricionalmente más completa. Resulta importante seleccionar una variedad de patata harinosa, o sea, vieja. Su alto contenido en almidón las convierte en ideales para preparar un caldo sustancioso con cierto cuerpo, diluyéndose en la misma agua.
- La clave principal de cualquier caldo tiene que ver con su potencia, algo que lograremos si prestamos atención a diferentes claves. Evidentemente, si mojamos las patatas con agua, su sabor será menos pronunciado que si lo hiciéramos con caldo. Por otro lado, la cantidad justa de este al finalizar la cocción determina en buena medida su concentración; cuanto menos, mejor.
- Asimismo, la calidad de la patata es determinante a la hora de conseguir un caldo de papas canario de concurso. Personalmente, creo que es un plato que se ve muy beneficiado de la adicción de caldo, por lo que te insto a que pruebas primero con un caldo de verduras. La sazón no es menos importante debido a esa insipidez muchas veces intrínseca de la patata.
- ¡Qué aproveche!
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