- Raciones: 4 Persona(s)
- Tiempo de Preparación: 80
- Tiempo de Cocinado: 60
- Calorías: 250
- Dificultad:
Fácil
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Los chipirones es uno de los platos más demandados en tabernas, bares, restaurantes y chiringuitos.
Nos gustan en todas sus formas; fritos, a la plancha, con chimichurri y, también, los chipirones encebollados. Este plato tradicional, muy probablemente inventado en los fogones vascos, resulta extremadamente sencillo de cocinar, pero no por ello menos rico.
El chipirón es simplemente un calamar pequeño, un téutido del orden de los moluscos cefalópodos. Tradicionalmente, en el País Vasco, los calamares de menor tamaño, recibían el nombre de txipirón. Tiempo después el término se acabaría castellanizando.
Nutricionalmente, los chipirones, son un alimento excepcional, siendo muy ricos en proteína de alto valor biológico y en ácidos grasos poliinsaturados omega 3. Los chipirones encebollados es un plato completo, que gusta tanto a niños como a mayores.
Cómo hacer chipirones encebollados de la abuela
Para realizar estos
chipirones encebollados como un auténtico profesional, tan solo tienes que fijar tu atención en dos puntos.
El primero, por supuesto, la selección de la materia prima. El
chipirón tiene que ser preferiblemente de potera.
¿Qué es la potera? No es una especie concreta ni nada que se le parezca, sino un método de pesca. Para capturar los chipirones se lanzan varios anzuelos con ganchos, que tienen acoplado un cebo brillante. Entre otras cosas, se consiguen piezas libres de arena y fango, de aspecto más saludable.
El problema es que no siempre están disponibles, puesto que es un producto de temporada que únicamente se encuentra entre los meses de agosto y noviembre. En cualquier caso, podremos hacer uso del chipirón que haya disponible en el mercado en ese momento.
En segundo punto tiene que ver con la
cebolla, el hilo conductor de nuestro plato. Debemos ser pacientes y cocinarla hasta obtener una confitura, pero no te preocupes por eso ahora. Sigue leyendo, que te voy a enseñar como realizarla correctamente.
¡A los fogones!
Ingredientes
Instrucciones
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- Antes de nada tendremos que limpiar los chipirones. En el caso de que nos resultara una tarea demasiado tediosa, suele ser frecuente encontrar chipirones limpios en la sección de congelados muchos supermercados. Aun así, como ya he comentado en la introducción, el producto fresco siempre es más agradecido.
- Para limpiarlos simplemente hay que eviscerar el chipirón. Retiramos los tentáculos y la pluma, que es esa parte transparente y cartilaginosa en forma de espada que mantiene erguido al chipirón. Limpiaremos bien el interior, metiéndolos debajo del grifo, siempre, muy importante, con agua lo más fría posible.
- Si tenemos cierta destreza lo mejor es que les demos la vuelta. Seguidamente, quitaremos la boca, que está en la parte superior de los tentáculos, también de textura cartilaginosa. Escurriremos y secamos con un paño de algodón. Muchos se preguntarán si esa fina telilla que recubre su piel es comestible, y la respuesta es sí, por lo que en este caso no la retiraremos.
- Reservaremos el chipirón limpio y seco en el frigorífico. En este caso hemos elegido cebolletas, pero nos valdría cualquier cebolla dulce, que no tuviera mucho deje picante. Las cortaremos en juliana.
- En una sartén o sauté amplio echaremos un chorrito de AOVE, y con la sartén aún fría, añadiremos la cebolla. Pondremos el fuego al mínimo, y con mucha paciencia, iremos removiendo poco a poco, hasta que la cebolleta vaya caramelizando, adquiriendo ese color ámbar tan apetecible y que despierta ese sabor dulzón. Es un proceso que nos llevará al menos 30 min.
- Cuando esté terminando de caramelizarse, incorporaremos el ajo cortado en finas láminas, y nos cercioraremos de que ha quedado bien cocinado. A continuación agregaremos el vino blanco, y reduciremos prácticamente todo el líquido.
- En una sartén aparte, mejor si es de hierro, marcaremos a la plancha el chipirón. Con unas gotas de AOVE, y la sartén a fuego vivo, iremos marcando poco a poco todos los chipirones. Al final flambearemos con un generoso chorro de brandy.
- Tan solo queda añadir los chipirones a la cebolla caramelizada. Mezclaremos bien, y rectificaremos de sal. Cubriremos con agua mineral, no demasiada, con 1 l. aproximadamente nos bastará. El chipirón es tierno y no se demora mucho en cocinarse.
- Pondremos la tapa, y a fuego medio, cuando lleven 30 min o el líquido se vea reducido, apartaremos del fuego.
- Existe una variación muy popular de este plato, que se elabora sobre todo en el norte, y no es otra que los chipirones encebollados a lo Pelayo. La única diferencia es que incluyen un pimiento verde italiano en juliana, que podemos aprovechar para cocinarlos junto a la cebolla. Asimismo, es habitual ponerle un poco de picante, normalmente en forma de cayena.
- Cabe recordar que el pescado, aunque en este caso estemos hablando más concretamente de marisco, forma parte de una dieta equilibrada, y su ingesta recomendada va de las 3 a 4 raciones a la semana. Pocas maneras mejores de disfrutar de uno de los regalos más maravillosos del mar.
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