Las flores fritas, a menudo conocidas con otros muchos nombres como flores de carnaval, flores de semana santa, froretas o florones, son dulces fritos hechos a base de harina y posteriormente endulzados.
Este dulce pertenece a las elaboraciones conocidas habitualmente como frutas o dulces de sartén, entre las que también encontramos deliciosos dulces de la abuela como las orejas de carnaval, los buñuelos de viento, los pestiños, la leche frita o incluso los churros, entre otras muchas.
Para darles esa característica forma, se emplea un molde de hierro que se sumerge en la masa farinácea, así consigue adherirse a él, para después introducirlo en un caldero con aceite caliente que hará que se desprenda del molde para que termine de dorarse.
Cuando aún permanecen calientes, se riegan con azúcar, miel, almíbar o cualquier otro edulcorante.
Podemos encontrar flores fritas en multitud de regiones, adoptando diferentes configuraciones en función de donde se elaboren.
Son frecuentes en España y Portugal. En nuestro país, se conocen también como florines, flores manchegas, flores de calatrava, flores castellanas o flores de lis entre otros.
Castilla-La Mancha, más concretamente la zona de campo de Calatrava, y Castilla y León, sobre todo en Segovia, son las regiones que más tradición de flores fritas tienen en su repertorio culinario, aunque es un dulce típico en toda España. Curiosamente, y como fruto del legado hispánico en Latinoamérica, también encontramos este manjar dulce en México y Colombia.
Los orígenes son inciertos, aunque la cruz de calatrava, el emblema militar nacido en el siglo XII en el Reino de Castilla, bajo el reinado de El Deseado, es la que ha logrado perdurar a lo largo de los siglos como distintivo habitual de las flores fritas.
Aun a día de hoy, es complicado tener certezas sobre el nacimiento de esta receta, ya que es disputada por sefardíes, cristianos y andalusís. Sea como fuere, se trata de un postre rico, económico y con una apasionante historia detrás.
Las menciones a las flores fritas en la literatura patria son frecuentes, colándose hasta en las bodas de Camacho el rico, en el libro de El Quijote.
En cuanto a sus ingredientes, son todos muy humildes y accesibles. Leche, huevos, harina y algún aromatizante, y por supuesto, aceite para freír.
Eso sí, estaremos obligados a hacernos con un molde, que actualmente se fabrican en acero inoxidable. Podremos encontrarlos en cualquier tienda de menaje de cocina, o adquirirlo a través de Amazon.
A continuación os desvelaré los secretos de una de las recetas más tradicionales en España y que tenemos la obligación de preservar.
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