- Raciones: 4 Persona(s)
- Tiempo de Preparación: 25
- Tiempo de Cocinado: 15
- Calorías: 100
- Dificultad:
Fácil
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Con la llegada del verano nuestros hábitos alimentarios cambian, sustituyendo los pesados y sustanciosos guisos, por platos frescos y elaborados a base de vegetales.
De entre todas las preparaciones culinarias típicas de la época estival, el gazpacho andaluz se alza como la más popular de todas. El gazpacho andaluz al estilo de la abuela es, en esencia, una sopa fría.
Su origen se remonta al siglo VIII, cuando en Al-Ándalus comenzaron a realizar un proto-gazpacho que, en este caso, no incluía hortalizas, sino que se componía de agua, aceite y vinagre, mezcla a la que eventualmente se le añadía almendras o ajo.
Esta bebida siguió desarrollándose y expandiendo su influencia por el Mediterráneo, pero no fue, hasta la conquista de América, que comenzaron a emplear el pimiento y el tomate, dando forma al plato que conocemos actualmente.
El gazpacho, como tantas otras comidas del recetario de antaño, siempre estuvo ligado a las clases populares. Los trabajadores andaluces lo tomaban con frecuencia, ya que debían soportar jornadas maratonianas bajo el sol abrasador.
Más tarde la burguesía lo adoptaría en su dieta, añadiendo los típicos tropezones de hortalizas.
En la actualidad, el gazpacho andaluz sigue gozando de una extraordinaria popularidad en todo el territorio nacional, habiéndose convertido en un imprescindible de las cartas de verano.
Cómo hacer un gazpacho andaluz al estilo tradicional de la abuela?
Preparar esta rica y sana
sopa veraniega es realmente sencillo.
Tan solo tendremos que cuidar de que las hortalizas tengan la frescura adecuada, así como de que el aceite empleado sea de la mejor calidad.
Ingredientes
Instrucciones
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- La selección de ingredientes no podía ser más típica. En primer lugar, el tomate pera. Se ha elegido esta variedad por el equilibrio entre dulzura y acidez, su abundante carne y piel fina. Por si fuera poco, es un tomate muy económico. Procuraremos que estén en el punto de maduración óptimo, dejándolos fuera de la nevera un par de días, siempre que las temperaturas lo permitan.
- Se ha escogido el pepino holandés por su textura fina y escaso amargor. Almería es una gran productora de esta variedad, y ya no es raro encontrarlo en la mayoría de supermercados. El típico pepino español, más achatado y con la piel rugosa, también es una opción válida.
- En este caso me he decantado por AOVE picual, puesto que aportará un matiz potente, marcado, con reminiscencias a la oliva y al mismo tomate, con alguna nota picante. Quizá demasiado fuerte para algunos. Esto es simplemente una preferencia personal.
- El resto de ingredientes no tienen demasiado intríngulis, tan sólo deberemos preocuparnos de que sean lo más frescos posibles. Dicho esto, es hora de ponernos a preparar el famoso gazpacho andaluz.
- Antes de nada deberemos lavar bien todas las hortalizas. Cortaremos el pimiento verde italiano a la mitad, los despepitaremos y eliminaremos el nervio, que puede aportar un amargor indeseable, especialmente cuando, como en este caso, se consume crudo.
- Pelaremos el pepino y lo trocearemos. En un bol amplio dispondremos todos los ingredientes: los tomates cortados en concassé, el pepino, el pimiento verde, la miga de pan, el vinagre, el agua y la mitad del aceite. Retiraremos la piel del ajo y eliminaremos el germen, que es la parte central desde donde ha crecido, responsable en cierto modo de que el ajo se repita luego. Lo añadiremos también.
- Moleremos una pizca de sal y comino en un mortero, y lo agregaremos al conjunto. Dejaremos reposar todos los ingredientes durante al menos una hora, aunque idealmente lo haremos con un día de antelación. Por tanto, filmaremos bien y lo mantendremos en la nevera.
- Después del proceso de marinado, los ingredientes habrán potenciado su sabor. Llega el momento de triturarlos. Aquí dependerá del aparato que tengamos por casa. Si hablamos de una batidora de vaso o manual, tendremos que colar el resultado posteriormente por un colador, o incluso, si queremos refinarlo más, por una estameña.
- Si tenemos la suerte de tener un robot por casa, la típica Thermomix o el Cecotec Mambo (que va genial y es mucho más barato), podremos ahorrarnos el colarlo. Las batidoras convencionales no tienen suficiente potencia como para licuidificar las pieles y demás impurezas de las hortalizas.
- Para triturar la mezcla en Thermomix programamos 30 segundos en velocidad 5, y luego 3 minutos en velocidad 10. En ambos casos, tanto si usamos batidora de vaso, manual o robot de cocina, pondremos la mitad del aceite restante al final.
- Abatiremos la temperatura del gazpacho, colocándolo en un bol filmado a ras. Como sugerencia de presentación, con la ayuda de un cacillo, serviremos una taza. Es habitual que se sirva con algunos tropezones nadando en la superficie.
- Estos pueden ser de lo más variados, desde algún crujiente de jamón con huevo cocido, al igual que se hace en el salmorejo, hasta unos picatostes o las mismas hortalizas crudas y troceadas en mirepoix.
- ¡Siguiendo estos pasos conseguirás un gazpacho de campeonato!
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