- Raciones: 4 Persona(s)
- Tiempo de Preparación: 18
- Tiempo de Cocinado: 30
- Calorías: 380
- Dificultad:
Fácil
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En los últimos años, fruto de la inspiración y curiosidad que ha despertado la cocina oriental y el vegetarianismo, hemos abrazado alimentos como el edamame; vainas de soja tiernas, las cuales invitan a consumirse incluso con la misma vaina. Por ilógico que pueda parecernos, en España, ya contábamos con algo francamente similar, como las habas, con un parecido que va más allá de lo estructural, presentándose ambas en vainas verdes que pueden degustarse crudas o cocinadas.
Me declaro fan incondicional de las habas, y más concretamente de las habas con jamón, un plato sencillo, rápido y resultón que además se encargan de cuidar de nuestra salud. Con una densidad nutricional difícilmente superable, las habas, pese a considerarse estrictamente una leguminosa, suelen englobarse, a efectos prácticos, dentro de las verduras, igual que los guisantes. Aportan apenas 55 kcal por 100 de producto comestible, destacando su alto contenido en proteína vegetal
Así, podemos afirmar con total rotundidad que las habas son una excelente opción para dietas hipocalóricas, es decir, enfocadas a la pérdida de grasa. Por si fuera poco, resultan notablemente saciantes, amén de más digeribles que cualquier otra legumbre. Tampoco podemos obviar un nada desdeñable porcentaje de antioxidantes, así como hierro, potasio, ácido fólico y vitamina B9. Sorprendentemente, no gozan de la popularidad que se merecen, quedando a veces olvidadas.
Su temporada de cultivo abarca el otoño e invierno, cosechándose en la primavera, siendo habituales en conserva o, incluso, congeladas, manteniendo intactas sus cualidades organolépticas. Variedades como la Aguadulce, Mahón o Muchamiel, abundante en el mediterráneo y utilizada en Alicante, a menudo como ingrediente para esos maravillosos arroces, demuestran el inconmensurable valor del campo español, un bien que es preciso proteger.
Ingredientes
Instrucciones
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- Probablemente, lo más tedioso sea extraer las habas de las vainas. Realizaremos una incisión a lo largo de la vaina, procurando no cortar el fruto. Simplemente con una puntilla, sin hundirla mucho, deslizaremos el filo a lo largo de la intersección de la vaina. A continuación, cortaremos las habas por el funículo, acumulándolas en un bol provisto de agua fría con hielo. Repetiremos el proceso.
- Continuaremos con la cocción, llenando una cazuela de agua con una cucharada de sal gorda marina. Llevaremos a ebullición, sumergiendo las habas, preferiblemente en un cestillo, durante 15 min, o hasta que estén lo suficientemente tiernas. Se antoja imposible concretar el tiempo de cocción, pues dependerá en buena medida del tamaño de las habas, y de su ternura intrínseca.
- No todas las variedades ni cosechas tienen la misma terneza, un elemento sin duda diferenciador de calidad. Transcurrido el tiempo, escurriremos las habas, enfriándolas rápidamente en un baño de agua y hielo. Entretanto, en una sartén de hierro, verteremos un fino chorrito de aceite de oliva virgen extra, pochando a fuego bajo las chalotas en juliana y el ajo cortado en láminas finas.
- Cuando comiencen a tomar color, incorporaremos las habas, subiendo el fuego al máximo, logrando que adquieran un apetitoso color dorado, para lo que necesitarán unos 5 minutos. Seguidamente, espolvorearemos el pimentón, incorporando los huevos de inmediato para que este no se queme. Salpimentaremos, cuajando los huevos con la sartén alejada del fuego.
- De este modo el huevo no quedará reseco, volviéndose más apetecible. Finalmente, regresaremos la sartén al fuego unos segundos, agregando en el último momento las lascas o lonchas de jamón, evitando así que se deshidraten en exceso, salándose demasiado en consecuencia. Como sugerencia de presentación, serviremos convenientemente acompañadas de una carne o pescado.
- Considero que las habas combinan magistralmente con multitud de producto, no obstante, el bacalao y el solomillo de cerdo son dos opciones inigualables. Te invito a que se convierta en una guarnición habitual en tus platos, confiriéndoles no solo un mayor valor nutricional, sino también sabor y elegancia. Las habas pueden consumirse fritas y deshidratas, transformándose en un snack.
- ¡Qué aproveche!
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