- Raciones: 4 Persona(s)
- Tiempo de Preparación: 20
- Tiempo de Cocinado: 45
- Calorías: 700
- Dificultad:
Fácil
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Todos estaremos de acuerdo en que los macarrones con queso son un modesto manjar capaz de dibujarnos una sonrisa. A nivel palatable, no existe nada como una equilibrada combinación de pasta y queso fundente, confluyendo al unísono para deleite de los sentidos. Quizá a nivel nutricional no sea lo más idóneo, pero dentro de toda dieta, por muy estricta que se presuma, siempre tienen cabida un pequeño escarceo, un fugaz bocado pecaminoso con el que disfrutar.
Para variar, no son pocos los países que se arrogan su autoría, sin que Italia, para sorpresa de muchos, se encuentre entre ellos. Probablemente, la primera versión de la que fuimos testigos se cocinara en la Antigua Grecia, en la antigua colonia napolitana. Allí se hizo popular un plato a base de harina hervida que se untaba generosamente con mantequilla, coronado por montón de queso molido. Hay quien afirma que, verdaderamente, nació del zurrón de los pastores de Zermatt.
Tanto es así que, de hecho, aún se sigue preparando una receta que recibe el nombre de Älplermagronen, traducido como macarrones de los Alpes. Es de suponer que los pastores se decantaran por la pasta y el queso, ya que la pasta cuando se encuentra seca es no perecedera, y de la elaboración del queso podían encargarse ellos mismos. Adicionalmente, en la actualidad, se suele añadir también un poco del jugo de la manzana, cebolla carameliza y tocino fresco.
De todos modos, Estados Unidos es el país que logrado alzarse como el mayor representante de los macarrones con queso, dedicándoles incluso un día, fijado en el 14 de julio. La industria alimentaria, encarnada en Kraft Foods, perpetraría en 1937 una jugada maestra que aun a día de hoy sigue reportando pingues beneficio. La salida al mercado de un preparado instantáneo de macarrones con queso Velveeta se convertiría entonces una de las fórmulas más codiciadas.
Evidentemente, un país mediterráneo como el nuestro, abjura de los productos ultraprocesados, ensalzando la comida real y el valor de las cosas preparadas por uno mismo. Daremos forma a unos macarrones con queso que pasarán irremediablemente a engrosar tu lista de platos preferidos de pasta. Emplearemos en esta ocasión un queso gouda, caracterizado por su suavidad, textura y ligero sabor dulce, amén de por su versatilidad y alta capacidad fundente. ¡Delicioso!
Ingredientes
Instrucciones
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- Antes de nada, procederemos a cocer la pasta. En una olla grande, verteremos unos 3 litros de agua aproximadamente, salándola de manera generosa y poniéndola a hervir. Entretanto, rallaremos el queso cheddar junto al gouda, mezclándolos en un cuenco. Asimismo, calentaremos la leche en un cazo pequeño, manteniéndola a temperatura constante hasta utilizarla más tarde.
- Una vez el agua haya alcanzado al punto de ebullición, agregaremos la pasta, cociéndola atendiendo las instrucciones del fabricante y según nuestras preferencias, no obstante, tendremos en consideración que más adelante se integrará con el queso, aplicándole más calor en el horno. Mientras se cuece la pasta, preparemos la bechamel, en esta ocasión, una bechamel muy ligera.
- En un sauté pondremos la mantequilla a derretir a fuego medio, tras lo cual, incorporaremos la harina, removiendo con una varilla hasta que agarre algo de color. Seguidamente, iremos vertiendo la leche que, como dijimos, permanecerá caliente. Poco a poco hasta incorporarla toda, y sin dejar de remover en ningún momento, con lo que evitaremos que se formen grumos.
- Bajaremos el fuego al mínimo y menearemos sin detenernos ni un momento, haciendo hincapié en las paredes y el fondo del recipiente. Comenzará a espesar rápidamente, y seguiremos cocinándola luego de que rompa a hervir unos 15 minutos, procurando que no quede demasiado espesa. Cuando la pasta esté cocida, la escurriremos y reservaremos sin aclararla, muy importante.
- Existe una serie de cánones en torno a la cocción de la pasta que cuesta interiorizar en España. Los errores principales pasan por agregar grasa al agua de la cocción, impidiendo que luego la salsa se adhiera a la superficie de la misma. Otra técnica que haría enmudecen a un italiano, es la que consiste en aclarar la pasta con agua fría después de la cocción, cosa totalmente desaconsejable.
- Añadiremos el queso gouda y cheddar a la bechamel, removiendo hasta conseguir una salsa homogénea. Salpimienta la mezcla y prueba para verificar si la sazón está en su justa proporción, rectificando en caso de ser necesario. Incorporaremos la pasta al sauté, removiendo para repartir de manera uniforme la salsa de queso. A continuación, lo volcaremos en una fuente refractaria.
- Precalentaremos el horno a 220º C, con calor arriba. Espolvorearemos la mozzarella rallada por encima de los macarrones y los introduciremos sobre una rejilla a altura máxima, permitiendo de este modo que se gratinen, surgiendo una deliciosa costra dorada de queso. Tan solo nos queda sacarlos de horno y disfrutar de esta calórica pero delicioso bocado de pasta al horno con queso.
- ¡Qué aproveche!
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