- Raciones: 8 Persona(s)
- Tiempo de Preparación: 20
- Tiempo de Cocinado: 35
- Calorías: 320
- Dificultad:
Fácil
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Las peras no gozan de demasiada popularidad en España, especialmente si comparamos su consumo con el de China, que encabeza el mercado mundial con 11 kilos anuales por persona. Esta fruta de carne extraordinariamente jugosa y color verde, rojo, amarillo o castaña, crece en las ramas de las flores del peral, un árbol de hoja caduca cultivado sobre todo en regiones de clima templado. Se especula con la posibilidad de que surgiera en Asia occidente y el sudeste europeo.
Hallamos los primeros registros escritos sobre su cultivo en el año 350 a.C, tomando una especial importancia en la Antigua Grecia, citándose incluso en los textos de Teofrasto. Como tantas otras frutas a lo largo de la historia, la pera se consideró un manjar sano y exquisito, venerado por dioses y héroes. Más tarde, los romanos recogieron el testigo, encontrando indicaciones acerca de su producción en las obras de Catón y Piloinio, quienes mostraron también devoción por la fruta.
Imparable, la pera se extendió por toda Europa, generando particular entusiasmo en Bélgica y Francia, exportándose más tarde al nuevo Mundo gracias a misioneros españoles. Actualmente, México y California lideran la producción de pera occidental, surtiendo al vasto e insaciable mercado norteamericano. Probablemente, la pera haya pasado inadvertida para la repostería patria, sin embargo, esconde un discreto encanto que va más allá de las clásicas peras al vino.
Sin lugar a dudas, la mermelada de pera se revela como una elaboración básica ideal para aprovechar la generosidad del árbol que le da vida. Por original y atípica, la mermelada de pera está llamada a convertirse en un imprescindible de tu cocina, sirviendo no solo a desayunos y meriendas, sino además, como confitura para tartas, tortitas y demás dulcerías. De entre todas las variedades, para la mermelada la pera Bartlett es a todas luces la mejor opción; dulce y jugosa.
Ingredientes
Instrucciones
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- La elaboración de mermeladas suele resultar similares y extrapolable a cualquier fruta, no obstante, como ocurre con las peras, su bajo contenido en pectina nos obliga a añadirla en cierta proporción por separado, pudiéndose sustituir por goma xantana. Como muchos sabrán, la principal función de esta fibra soluble es la de dotar de consistencia y textura a la mermelada.
- Adicionalmente, a las peras, se les agregará un poco de canela en polvo, especia que combina maravillosamente con ellas. Comenzaremos pelando y cortando las peras en cubos pequeños, introduciéndolos en una olla grande. Seguidamente, incorporaremos el azúcar, el anís estrellado, la canela en polvo y el zumo de limón, que puede ser fresco o del que ya venden envasado.
- Mezclaremos y llevaremos la olla a fuego medio - alto, removiendo constantemente para qué los aromas y sabores confluyan. Una vez haya roto a hervir, reduciremos el fuego al mínimo, cocinando el conjunto por 15 minutos o hasta que las peras estén blandas. Podemos incorporar un poco de agua para evitar que se peguen, tapando la olla para evitar un exceso de evaporación.
- Finalmente, agregaremos la pectina en polvo o la goma xantana, integrándola y cocinándola unos dos o tres minutos más, especialmente si empleamos pectina. Con la mermelada todavía caliente, en la misma olla, meteremos el túrmix y batiremos hasta obtener la textura deseada. Personalmente, me gustan las mermeladas de aspecto liso y suave, sin tropezones ni grumos.
- Otros, legítimamente, optarán por ni siquiera procesarla. Suelo recomendar, si disponemos de suficiente tiempo, cubrir previamente las peras ya cortadas con el azúcar, dejándolas macerar al menos 12 horas con el objetivo de que los sabores y perfumes se intensifiquen. Otro aspecto relevante de las mermeladas, dadas su naturaleza imperecedera, es la óptima conservación.
- Esterilizaremos unos tarros en la olla, hirviéndolos en abundante agua durante 25 minutos como mínimo, vertiendo si se quiere un chorro de vinagre para una mejor desinfección. Transcurrido el tiempo, los dispondremos encima de un paño de algodón limpio. Una vez secos, y con la mermelada aún caliente, los llenaremos, pero no hasta al borde, cerrándolos y volteándolos.
- Los mantendremos boca abajo mientras se enfría. Así, con este método, conseguiremos aumentar la fecha de consumo de la mermelada por un año, pudiendo preparar en un único día suficiente cantidad como para abastecernos y por muchos meses e incluso regalar a nuestros allegados. Dado su alto contenido en azúcares, es un producto que debe consumirse con moderación.
- ¡Qué aproveche!
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