- Raciones: 4 Persona(s)
- Tiempo de Preparación: 60
- Tiempo de Cocinado: 40
- Calorías: 350
- Dificultad:
Fácil
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Las patatas a lo pobre es uno de esos platos, que desde la más absoluta humildad, consigue siempre sacarnos una sonrisa. Cuesta entender como algo tan económico, sencillo y fácil de preparar, pueda estar tan rico.
Los orígenes de este plato encuentran su punto de partida en la cocina almeriense. Sin embargo, las patatas a lo pobre son actualmente un plato típico de toda la geografía española.
Originalmente, se preparaban en exclusiva con productos de la huerta: patata, cebolla, pimientos, sal y aceite.
No requiere de una técnica muy depurada, ni de grandes conocimientos en la cocina, pero sí de una materia prima de calidad. Básicamente, es un plato de patatas pochadas al que se añade cebolla y pimiento en juliana.
Las patatas a lo pobre sirven tanto de plato principal, como de guarnición; para carnes o pescados.
Cómo hacer patatas a lo pobre de la abuela
En la
larecetadelaabuela busco siempre la normatividad, pero tú, libremente, puedes explorar otras posibilidades, partiendo de la base fundamental que te voy a proporcionar.
La protagonista indiscutible es la
patata. En el mercado podemos encontrar un amplio abanico de variedades, cada cual, enfocada a un tipo de uso distinto.
En este caso, y dado que la técnica de cocinado a emplear será el pochado, un símil de la fritura, recomiendo usar
baraca, draga, monalisa, kennebec, o mucho más frecuente, la
patata agria. Se diferencian por su maduración tardía y compactación, con un perfecto equilibrio entre fécula y agua, con pocos azúcares.
Cualquier pimiento fresco de proximidad será el candidato ideal para acompañar a nuestras patatas.
Asimismo, la calidad del aceite elegido para la fritura, marcará la diferencia. Es por eso que recomiendo utilizar AOVE, y si puede ser, arbequina, una variedad suave con baja acidez que no enmascarará el sabor de nuestro plato.
Con las tablas de la ley ya en la mano, solo nos queda encender los fogones.
Ingredientes
Instrucciones
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- Lo primero de todo será preparar las patatas. Previamente lavadas, las cortaremos en finas rodajas de 4 mm, como si fuéramos a arreglarlas para un plato de patatas panadera. El tamaño es orientativo, pero si no disponemos de mandolina, lo ideal es intentar que todas tengan el mismo grosor, así se pocharán a la vez y no quedará ninguna dura.
- Las dispondremos en un escurridor, y lavaremos bien para eliminar todo el almidón. La patata tardía suele tener un alto porcentaje de almidón, lo cual, si bien no es malo per se, puede hacer que nuestras patatas se peguen cuando estén en la sartén. Tras lavarlas bien, hasta observar que el agua sale limpia, las escurriremos, tratando de que queden perfectamente secas.
- Para ello, si no disponemos de mucho tiempo, lo mejor es emplear un trapo de algodón. Las tumbaremos sobre el trapo y las iremos secando. Decir que el agua es en muchos casos el principal enemigo de la fritura, y a temperaturas altas, un enemigo peligroso.
- En una parisién o gran fritura, o cualquier sartén que tengamos por casa, siempre que sea lo suficientemente grande para que las patatas no queden muy amontonadas, echaremos AOVE, de forma generosa, suficiente para que las patatas queden totalmente cubiertas.
- Mientras que ponemos el aceite a calentar a fuego medio, procederemos a cortar en juliana los pimientos. Haremos un corte a lo largo, dividiéndolo en dos partes, lo despepitaremos y quitaremos el nervio, que puede llegar a aportar cierto amargor. Seguidamente, cortaremos los pimientos en juliana, y los reservaremos para añadirlos luego, cuando las patatas estén casi a punto. Exactamente, el mismo procedimiento llevaremos a cabo con la cebolla.
- Para pochar las patatas calentaremos el aceite a unos 140ºC, una temperatura media. Cuando el aceite ya esté caliente, salaremos y agregaremos las patatas. La idea es que queden blandas, pero sin que absorban demasiado aceite, por eso es importante respetar la temperatura. Se demorarán al menos 25 min, e iremos comprobando constantemente con la ayuda de un tenedor su punto de cocción.
- Diez minutos antes de que estén listas, añadiremos el pimiento y la cebolla. Seguidamente, cuando tanto las patatas, como el pimiento, estén blandos, retiraremos del fuego. Ahora es conveniente que en un plato amplio, con un generoso trozo de papel de cocina, vayamos sacando las patatas, siempre escurriendo bien con la espumadera o la araña antes de ponerlas sobre el plato.
- Es el momento de probar el punto de sal. Al haber sumergido las patatas en aceite, es posible que buena parte de la sal haya quedado en el mismo. Toca entonces corregir el punto. Para terminar de darles el toque adecuado, en una sartén aparte, y con una simple cucharadita del aceite que habíamos empleado para el pochado, la pondremos a calentar a fuego máximo.
- Volcaremos de nuevo las patatas, y trataremos de dorarlas un poco, menándolas constantemente con una cuchara. Son muchos, lo que por aportar un extra al plato, optan aquí por añadir 2 o 3 huevos, cosa que suele funcionar bastante bien, y hacer el plato más completo.
- Solo queda servir, y por supuesto, disfrutar de unas deliciosas patatas a lo pobre de la abuela.
- ¡Qué aproveche!
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