- Raciones: 4 Persona(s)
- Tiempo de Preparación: 15
- Tiempo de Cocinado: 60
- Calorías: 450
- Dificultad:
Fácil
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Los macarrones con carne picada, llamados a veces macarrones a la boloñesa, son la perfecta definición de placer prohibido.
La pasta es un alimento milenario, que en contra de lo que se cree popularmente, no surgió en Italia, sino en algún lugar del lejano Oriente. El intrépido mercader Marco Polo en uno de sus viejos por aquellas remotas tierras, quedó fascinado por tan singular alimento, y en el siglo XII cargó las bodegas de sus barcos y lo llevó a la Bel Paese.
No obstante, hay indicios en forma de grabado que apuntan a un pasado aún más distante. En una tumba etrusca descubierta recientemente se halló un grabado que parece representar a un grupo de nativos cocinando algo parecido a la pasta.
Asimismo, es probable que los chinos cocinaran fideos desde el año 3000 a.C. ¡Ahí es nada! Quizá sea tan antigua como el propio trigo, dado que no es de extrañar que los primeros agricultores tuvieran la ocurrencia de moler el grano con agua.
A modo de curiosidad, no puedo dejar pasar la oportunidad para contar que, Thomas Jefferson, el que fuera el tercer presidente de la historia de los Estados Unidos, trajo al país en el año 1789 la primera máquina para manufacturar macarrones, proveniente de Francia.
Medio siglo después se alzaba la primera fábrica de espaguetis, coincidiendo con la primera oleada de inmigrantes italianos.
En cuanto a la salsa boloñesa, surge de manera mucho más reciente.
Probablemente, el Imperio Romano ya tuviera en su haber una receta similar a la que conocemos hoy, aunque no sería hasta la Edad Media cuando la fórmula desembarcó en el norte de Italia, con los primeros intercambios de universitarios franceses instalados en Bolonia.
Por aquel entonces, y aun a día de hoy, se le denominaba ragú. Con el pasó del tiempo, la codiciada y sabrosa salsa, permeo a las clases humildes, momento en el que se incorporó la carne de bovino viejo.
Cómo hacer macarrones con carne picada de la abuela
Estoy segura que la receta tradicional de macarrones de la abuela que hoy os traigo va a convertir a un plato ya de por sí riquísimo en un auténtico manjar.
Los macarrones con carne no tienen que ser necesariamente un plato exclusivo para los más pequeños.
Aconsejo, eso sí, adquirir una pasta de calidad, como la que nos ofrece Barilla o, si queremos ir un paso más allá, la de Rummo, productos todos italianos de reconocido prestigio internacional.
Ingredientes
Instrucciones
Antes de ir con las instrucciones, te recuerdo que ya está disponible a la venta mi nuevo libro: Los Consejos de la abuela.
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- Como podréis comprobar, son ingredientes accesibles, económicos y de los que habitualmente disponemos en la despensa y nevera. Lo primero será poner a escaldar los tomates, los cuales pueden sustituirse por 500 g. de tomate natural triturado en lata. Realizaremos una pequeña incisión en forma de cruz en la zona del pedículo y preparemos un bol con hielo y agua fría.
- Llenaremos una cazuela con agua, y a fuego máximo la calentaremos hasta que hierva. Cuando comience a borbotear, introduciremos los tomates, y contaremos 30 segundos. Es importante ser preciso con el tiempo para que los tomates no pierdan enjundia. Transcurrido el tiempo, y con la ayuda de una araña, trasladaremos los tomates al bol que teníamos reservado con hielo.
- Ahora nos resultará mucho más fácil pelarlos. Quitaremos la piel, los cortaremos a la mitad, los despepitaremos y trocearemos en concassé. Reservaremos el tomate para más tarde, mejor si es dentro de un chino o colador, para que vayan escurriendo el agua. En un sauté, o en una sartén un poco alta si no disponemos de una, echaremos un chorro de aceite de oliva virgen extra, y lo colocaremos a fuego mínimo.
- Cortaremos las hortalizas en brunoise, a saber: la cebolla y la zanahoria. Las rehogaremos manteniendo el fuego bajo, dejando que se suden y se ablanden. Pasados unos 20 minutos, agregaremos la carne picada, que preferiblemente tendrá al menos un 20% de grasa, lo que le conferirá jugosidad. Salpimentaremos y cocinaremos la carne, dorándola perfectamente.
- Para arrastrar los jugos caramelizados del fondo, verteremos el vino, y aprovecharemos para añadir las aromáticas, es decir, el laurel y el orégano. Evaporaremos el vino por completo, y acto seguido sumaremos el ajo picado finamente. Después de unos segundos, volcaremos dentro todo el tomate y subiremos de inmediato el fuego al máximo para freírlo.
- Mantendremos la salsa a fuego vivo 5 minutos, para luego bajarlo nuevamente al mínimo y taparla. Se demorará unos 30 minutos o así en cocer, pero no debemos perderla de vista, ya que como muchos sabrán, el tomate tiende a agarrarse en el fondo de las sartenes. Entre tanto, preparemos un cazo con agua, concretamente con 1 l. por cada 100 g de pasta, o sea 4 litros en total.
- Esta es la directriz que os daría un italiano. En esta agua coceremos la pasta. No lleva ningún tipo de grasa, ni aceite, ni mantequilla, ni nada que se le parezca, tan solo una cucharadita de sal marina. Tan pronto como eche a hervir, introduciremos la pasta y removeremos con una cuchara para que no se pegue. Coceremos el tiempo que nos indique el fabricante en el envase. Si no, también podéis echar un vistazo al artículo de cómo cocer macarrones.
- Inmediatamente que el cronómetro toque a su fin, colaremos la pasta con un escurridor. Finalmente, mezclaremos los macarrones con la salsa y cocinaremos conjuntamente 1 minuto. Dispondremos el contenido del sauté en una fuente refractaria y espolvorearemos queso rallado al gusto, en nuestro caso, mozzarella, que funde extraordinariamente bien.
- Precalentaremos el horno a 200º, con calor arriba o grill, y una vez tome la temperatura, espolvorearemos de modo generoso orégano, metiendo la fuente sobre una rejilla a altura 4 de inserción. Después de 6 u 8 minutos, habrán formado una apetitosa costra dorada. Los sacaremos y ya solo nos queda disfrutar como niños pequeños de este delicioso plato de macarrones con carne.
- ¡Qué aproveche!
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